Tras la muerte de su contrincante Duras a manos del comandante Worf, Gowron fue nombrado nuevo canciller del Imperio. Debido a su nombramiento y a la negativa de la familia Duras de aceptarle como líder, se inicio una guerra civil dentro del Imperio Klingon.
Una vez descubierta la conexión de la familia duras con el Imperio Romulano, la guerra civil terminó y Gowron tomó posesión absoluta como canciller y líder del Imperio Klingon.
Ya al frente del gobierno, Gowron se enfrentó al regreso de Kahless, el heredero legítimo del Imperio. Tras una serie de acontecimientos, se descubrió que el Kahless aparecido no era más que un simple clon del original, creado por unos clérigos. Finalmente con la mediación de Worf para evitar una posible guerra civil, Gowron aceptó que el falso Kahless fuera nombrado emperador y se encargara de llevar la cultura y los valores Klingons a los jóvenes, quedando el poder militar bajo el control del alto consejo.
Aunque la Federación había intervenido en la guerra civil Klingon, cortando el paso a las naves romulanas que apoyaban a la familia Duras, Gowron borró de la historia Klingon cualquier referencia a este acto para así poder otorgarse toda la gloria en la victoria final.
Tiempo después, y con los rumores sobre las incursiones del Dominion en el cuadrante Alfa, Gowron decidió que había que eliminar al gobierno Cardasiano, el cual sospechaba que estaba siendo manejado por miembros del Dominion. Con este pretexto, Gowron declaró la guerra a la Unión Cardasiana. Este echo hizo que la Federación se mostrara en contra e interviniera rescatando al gobierno civil Cardasiano, del cual se confirmó que no tenía ninguna relación con el Dominion.
A pesar de este echo, Gowron decidió dar por terminado el tratado de alianza con la Federación y expulsó a los embajadores de la Federación del Imperio Klingon.
Finalmente, y después de que un equipo de la Federación liderado por el Capitán Sisko, descubriera un infiltrado del Dominion dentro del Imperio Klingon que amenazaba la estabilidad del Imperio, Gowron decidió aceptar un alto en el fuego, firmando después una nueva alianza con la Federación, ante la inminente guerra con el Dominion.
Ya iniciada la guerra, Gowron vio como uno de sus oficiales, Martok, comenzaba a ser una leyenda viva en todo el Imperio. Temiendo por su liderazgo, Gowron relevó a Martok al mando de la flota Klingon.
Tiempo después, Gowron comenzó una serie de ataques y operaciones que no ayudaban en la lucha contra el Dominion y que solo causaban bajas en las fuerzas Klingos, siendo Martok el único que podía retar a Gowron a un duelo para quitarle el puesto y retomar un sabio mando en las fuerzas Klingons. Pero éste lo veía como un acto deshonroso y no tenía intención de traicionar a Gowron, aún a pesar de que intentaba desacreditarle a los ojos del Imperio, con misiones absurdas y suicidas.
Finalmente y viendo que Martok no tomaría cartas en el asunto, fue el propio Worf quién, temiendo que Gowron llevara al Imperio a su fin, intervino y retó al canciller. En esa lucha, Gowron murió a manos de Worf, siendo posteriormente substituido en su cargo por Martok.
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