sábado, 22 de mayo de 2010

Escudos de energía

Fuente: Memory Alpha - http://es.memory-alpha.org/wiki/Escudos:_Hip%C3%B3tesis_de_funcionamiento

Un escudo de energía es un campo electromagnético o de gravitones capaz de absorber energía.

La poca información útil disponible coincide en que:

- Los escudos absorben energía. - Son campos electromagnéticos o de gravitones. - Tienen una frecuencia determinada.

Basándome en estos tres puntos básicos, desarrollaré una teoría pseudo-científica que intente explicar su funcionamiento.

Escudos de energía: conceptos básicos.

Puesto que existe una frecuencia, queda claro que se trata de una onda senoidal. Así que, antes, explicaré que es:

En temas eléctricos, una onda senoidal, es la representación gráfica de la tensión alterna, llamada así porque la polaridad cambia continuamente (de positivo a negativo y viceversa)

La frecuencia es la distancia que hay entre cada cresta, medida en Hertzios (Hz), y representa la cantidad de veces que el ciclo se repite en un segundo.

Puesto que los escudos absorben energía, podríamos compararla con los frenos de un vehículo, los cuales absorben energía cinética y la transforman en calor, perdiendo parte de su capacidad cuanto mas alta sea la temperatura.

Para crear un campo magnético, es necesario dos polos, norte (positivo) y sur (negativo), al igual que para crear una corriente eléctrica. Es plausible pensar entonces, que los escudos no solo necesitan emisores, sino también receptores.

Hemos dicho que los escudos utilizan una frecuencia determinada, el uso de ésta frecuencia permite el paso de energía que se encuentre sintonizada en la misma frecuencia (véase el caso de los phasers y los torpedos) pero impide el paso de frecuencias diferentes. Sin embargo, la activación de los escudos no permite el uso del teletransportador, ya que las intensas distorsiones que causan variarían el flujo de energía y la señal se alteraría, poniendo en grave peligro aquello que se teletransporte.

Como trabajan los escudos:

Un emisor generaría una onda energética, la cual sería recogida por una serie de emisores, generando un “paraguas” en una zona de la nave.

A pesar de su aspecto ovalado e íntegro, en realidad un escudo se divide en seis escudos mas pequeños, cada uno generado en una zona de la nave, cubriendo los seis ángulos fundamentales. Se conocen como: - Escudo de proa, o frontal - Escudo de popa, o trasero - Escudo ventral, situado en la parte inferior de la nave - Escudo dorsal, situado en la parte superior - Escudo de estribor, a la derecha de la nave - Escudo de babor, a la izquierda de la nave

Fijándonos en la imagen, vemos que un emisor es, a la vez, el receptor del anterior, con lo que los diferentes escudos se solapan, eliminando cualquier posible hueco.

Escudos de energía: funcionamiento.


Ahora hablemos de cómo funciona frente a una fuente de energía que impactase contra ella.

La mejor manera de entenderlo, es imaginando una pared de agua, si lanzamos algún objeto a través de ella, el agua arrastraría dicho objeto, impidiendo su paso al otro lado.

Puesto que la energía del escudo es alterna, tiene fases positivas y negativas, al igual que cualquier energía que podamos utilizar (al fin y al cabo, la energía es radiación, y por definición es alterna). Imaginemos una onda energética (un phaser, por ejemplo) que impactase en un escudo como ocurre en la imagen:

1.- En la primera imagen, el phaser y el escudo aún no se han encontrado, y ambos conservan sus estructuras.

2.- El phaser, al encontrar el escudo, se ve arrastrado por la onda, debido al diferencial de cargas: Las cargas positivas atraerán a las negativas y viceversa.

3.- El escudo se convierte en portador de una segunda onda que se alterna con el.

4.- Finalmente, ambas energías son llevadas hasta un receptor de escudos.

El motivo por el que es el escudo quien arrastra al phaser y no al contrario, es bien sencillo:

El escudo forma un circuito cerrado, lo emitido debe retornar, mientras que el phaser es una onda que viaja en línea recta hasta encontrar un obstáculo, y cuya intensidad disminuye significativamente con la distancia... por eso la potencia del escudo es mayor que la del phaser.

Ejemplo de la importancia de este detalle es la pérdida de rendimiento de un escudo cuando se proyecta para, por ejemplo, cubrir otra nave, al estar el emisor y receptor mas alejados, el escudo pierde cohesión y capacidad de absorción

Otro ejemplo de la importancia de las distancias: un phaser disparado a muy corta distancia, es capaz de atravesar parcialmente un escudo y causar daños superficiales.

Estos principios se aplican a todo tipo de armas, no solo a los phasers, cualquier tipo de energía, sea cual sea la fuente, no es mas que radiación

Igualmente la materia reacciona con el escudo. La materia está compuesta por átomos con carga eléctrica. El impacto de dicha materia contra una “pared” sólida de energía muy concentrada provoca una repulsión debida, nuevamente, al diferencial de cargas.

Ahora, la gran pregunta: ¿Qué se hace con esa energía absorbida por el escudo?

Una vez en el receptor, gran parte de la energía recibida puede ser asimilada para generar otro campo, de este modo se ahorra energía haciendo que un generador de escudo proporcione potencia al siguiente, necesitando aportar únicamente el equivalente a la energía residual perdida debido al proceso entre el emisor y el receptor.

Desgraciadamente, la energía absorbida no puede ser utilizada, ya que hemos visto que está totalmente desfasada con respecto a la del escudo. Esto en principio no debería ser un problema, solo habría que sincronizarla. El problema surge cuando se intenta acumular esa gran cantidad de energía y reutilizarla: El proceso de conversión, remodelación, sincronización y regulación consume más energía útil de la que genera.

Por este motivo se opta por convertirla y disiparla, utilizando, como ya hemos visto, un sistema similar al empleado en los frenos de un vehículo actual.

Un dispositivo discriminador separa la energía del escudo de la absorbida, enviando esta a una bobina disipadora, en la que la energía se transforma en calor y es disipada mediante un sistema de refrigeración similar al empleado en los reactores de antimateria.

Obviamente, el proceso de refrigeración es más largo que el de transformación, lo que hace que, ante fuego continuado, el escudo pierda rendimiento debido al sobrecalentamiento de las bobinas de disipación y, consecuentemente, a la pérdida de propiedades del material por el exceso de temperatura, necesitando regenerarse para volver a alcanzar todo su potencial. De ahí que la capacidad de escudos se mida en porcentaje, relacionando la capacidad ideal del sistema con respecto a la situación en la que se encuentre. Una capacidad de escudos de un 50% indicaría que solo podría disipar la mitad de la capacidad teórica.

Cuando se envía energía adicional a los escudos, normalmente no se refiere a la energía necesaria para mantener la integridad del campo de fuerza, sino a la potencia de refrigeración de las bobinas de conversión

Un dispositivo protector evita la destrucción o alteración de las bobinas ante un cambio de polaridad energético, cambiando el sentido del circuito, convirtiendo la bobina secundaria en primaria y viceversa. Este sistema también cambia el sentido del circuito si la bobina primaria resultase dañada. Encargándose la bobina secundaria de disipar toda la energía. Consecuentemente la eficacia de los escudos queda reducida a la mitad, pero se evita el colapso del campo protector.

Sobre el sistema refrigerador poco hay que decir, al ser similar al del reactor de antimateria. En caso de emergencia, el sistema puede conectar los refrigeradores del núcleo y de los escudos para conseguir potencia adicional en cualquiera de los dos sistemas, siempre y cuando esta operación no entrañe riesgo para la nave.

Escudos de energía multifásicos.

El escudo multifásico es una mejora del sistema de escudos tradicional, pero que permite una mayor potencia y cohesión del campo protector, a la vez que aumenta la capacidad de absorción y la eficacia disipadora y, por tanto, el rendimiento de los escudos.

El principio de funcionamiento es idéntico al de los escudos tradicionales, con la diferencia de que incorpora un sistema doble, triple e incluso cuádruple. Cada emisor está compuesto de varios emisores más pequeños que emiten un campo con la misma frecuencia, pero desfasados con respecto a los demás.

Cada onda funciona de manera independiente, de la manera que ya se ha explicado, la diferencia es que, para una misma cantidad de energía, cada onda absorbería una parte, multiplicando la capacidad del escudo por en número de ondas que lo formen.

Los receptores también son compuestos, al igual que el resto del circuito, aunque suelen ser equipos más pequeños que en los escudos tradicionales, no solo por la utilización de un sistema múltiple, sino por la evolución tecnológica y la capacidad de disipación de las nuevas bobinas.

El sistema multifásico tiene otra ventaja añadida. En caso de una sobrecarga, se puede derivar toda la energía a un mismo disipador. Este quedaría destruido por la sobrecarga, pero se salvarían los demás, reduciendo la capacidad útil del escudo, pero evitando su colapso.

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